sábado, marzo 26, 2011

Las parteras desde el punto de vista de Motolinia (Fr. Toribio de Benavente)

Fray Toribio de Benavente fue un misionero franciscano e historiador de la Nueva España. Se caracterizó por ser defensor de los derechos de los índigenas. Mejor conocido con el mote de Motolinia (en náhuatl: "pobrecito, desdichado".

Éste es su punto de vista:
"Si alguna de éstas indias está de parto, tienen muy cerca a la partera, porque todas lo son; y si es primeriza va a la primera vecina o parienta que la ayude, y esperando con paciencia a que la naturaleza obre; paren con menos trabajo y dolor que las nuestras españolas, de las cuales muchas por haberlas puesto en el parto antes de tiempo y poner fuerza, han peligrado y quedan lijadas (posiblemente ligadas, en el sentido de forzadas a no poder tener más hijos, o lisiadas, en el mismo sentido) y quebrantadas para no poder parir más; y si los hijos son dos de un vientre, luego que ha pasado un día natural, y en partes, dos días, no les dan leche, y los toma la  madre después, el uno con el un brazo y el otro con el otro, y les da la teta, que no se les mueren, ni les buscan amas que los amamanten, y adelante conoce despertando cada uno su teta; ni para el parto tienen aparejadas torrejas, ni miel, ni otros regalos de parida, sino el primer beneficio que a sus hijos hace es lavarlos luego con agua fría, sin temor que les haga daño; desnudos, viven buenos y sanos, y bien dispuestos, recios, fuertes, alegres, ligeros y hábiles para cuanto de ellos quieren hacer; y lo que más hace a el caso es, que ya que han venido en conocimiento de Dios, tienen pocos impedimentos para seguir y guardar la vida y la ley de Jesucristo".

Se sabe de manera exacta que los españoles sólo se bañaban por prescripción médica y usaban el baño como remedio; por eso les llamaba tanto la atención el hecho de que se bañaran a los bebés recién nacidos.


Ahora sabemos que la limpieza es parte de los cuidados mediatos del recién nacido. Nos damos cuenta que nuestras civilizaciones tenían avances médicos referente al control de infecciones.

domingo, marzo 13, 2011

Monitorización no invasiva de la PVC

INTRODUCCIÓN

La PVC puede medirse de manera no invasiva como un elemento más en el diagnóstico de la ICC por compresión extrínseca de los vasos venosos intratóracicos o del corazón.

Para medirla se utiliza la columna de la vena yugular interna para estimar la cantidad de PVC (en centímetros).

Esta vena está situada por delante de la vena yugular externa en la clavícula y sigue una trayectoria paralela a la arteria carótida y a la tráquea.

La PVC elevada a más de 7 cm indica aumento de la presión de la aurícula derecha.

PROCEDIMIENTO

1. El paciente se acuesta en la cama en decúbito supino.
2. Se colocan almohadas en la cabecera del paciente de tal forma que obtengamos un ángulo de 45 grados; tomando como punto cero el ángulo de Louis (ángulo esternal en la segunda costilla).
3. Se observa durante la exhalación el punto más elevado de pulsación en la vena yugular interna. (En un sujeto normal en decubito supino y con la cabeza elevada apoyada en una almohada, la sangre sube por la yugular hasta rellenar el tercio inferior del recorrido cervical de  la misma).
4. La distancia vertical entre esta pulsación, que está en la parte superior del nivel de líquido, y el ángulo esternal se estima o mide en centímetros.
5. El número se suma entonces a 5 cm (una constante) para la estimación de la PVC. (La distancia aproximada del ángulo esternal por encima de la aurícula derecha es de 5 cm).
6. Para poder ver mejor la ingurgitación yugular es recomendable iluminar el cuello con una luz oblicua, con el fin de resaltar sus relieves.
7. REGISTRO. Es importante la documentación en el expediente; por ejemplo, "PVC estimada en 13 cm, empleando la pulsación venosa yugular interna, con la cabecera de la cama elevada a 45 grados".



BIBLIOGRAFIA

De Borja, D. L. Q. G. F. Monitorización en anestesia, cuidados críticos y medicina de urgencias. Ed. Elservier, 2004. España.
Urden, L. S.; Lough, M. E.; Stacy, K. M. Cuidados intensivos en enfermería. 2a ed. Ed. Harcourt Brace, 1998. España

viernes, marzo 04, 2011

¿Una nueva enfermería?

Nueva enfermería? En verdad existe una enfermería nueva, o sólo tomamos el pasado y le sacamos brillo a lo olvidado? Sabemos que la enfermería nace con el hombre mismo, derivada de los cuidados que necesita, por tanto la enfermería nace como una necesidad del hombre mismo para ser cuidado cuando el mismo no puede hacerlo (autocuidado y déficit de autocuidado) y Orem lo plantea magnamente en su teoría. Y obviamente, si nace de una necesidad, es para poder satisfacerlas y es aquí donde entran Maslow y Henderson con sus necesidades; para mí, como profesional de enfermería me encanta reunir lo más trascendente de las teorías de Orem y Henderson para el ejercicio día a día de nuestra profesión, satisfacer las necesidades humanas, pero hechando mano del autocuidado, supliendo al 100% al paciente cuando éste no tiene ni la fuerza, ni el conocimiento ni la voluntad para cuidar de si mismo.
Pero retomemos el pasado, nuestros orígenes y no olvidemos nuestro verdadero objetivo: CUIDAR, satisfaciendo necesidades, en un entorno holístico ya que no solo interactuamos en la enfermedad, sino también en la salud, incluso desde antes de la concepción (enfermería perinatal) pasando por todas las etapas del desarrollo humano, hasta más allá de la muerte (cuidados tanatológicos), la enfermería inside en todos los momentos trascendentes del ser humano y es por ello que es innegable, inigualable e insistituible.
Una nueva enfermería? Yo creo que no, es la misma pero ahora con el brillo que le proporciona la ciencia aunada al arte del cuidado.